Derecho constitucional. 1

El estudio del derecho constitucional en este siglo comienza con una provocación: “El contrato social de Rousseau constituye una ficción, un modelo de legitimación de la pertenencia del individuo dentro del Estado, una justificación de la existencia y necesidad de una corporación política que nos gobierne”. En la elaboración de nuestro teorema, la tesis la inicia John Rawls con el llamado “contrato hipotético”, los diferentes matices que encierra la palabra “consenso” y su culminación en el “contrato constitucional”. Para ello, es necesario abandonar urgentemente la doctrina sobreviviente del constitucionalismo clásico de los siglos XIX y XX, y posicionarnos en el siglo XXI, en el que el derecho constitucional se ha internacionalizado como consecuencia de la globalización; la soberanía, nos ha dicho Ferrajoli, ha perdido su poder de imperio y en consecuencia su autodeterminación; el control de constitucionalidad ha sido desplazado por el control de convencionalidad; los tribunales internacionales han monopolizado la interpretación de los instrumentos internacionales sobre derechos humanos y los supremos tribunales nacionales han sido desplazados como consecuencia de la fuerza vinculante de las sentencias de los tribunales supranacionales. Bienvenidos al derecho constitucional del siglo XXI.